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¿Qué es el ghosting?

El ghosting se deriva de la palabra ghost (del inglés, fantasma). Es una práctica que consiste en terminar una relación afectiva desapareciendo de la vida del otro sin dar ninguna explicación. Cualquier persona es capaz de hacerlo, no es una cuestión de género.

Esto puede suceder tanto en relaciones románticas como en las de amistad o familiares. Cuando uno de los miembros de la pareja no quiere continuar, en vez de decirlo abiertamente, opta por esfumarse de su vida; no contesta los mensajes del otro, ni sus llamados, evita todo contacto vía las redes sociales, si siente que el otro miembro sigue insistiendo, llega a bloquearlo. La cuestión es cortar todo contacto con la persona

¿Por qué ocurre? ¿Qué lleva a alguien a desaparecer en lugar de comunicar la ruptura a la otra parte?


El crecimiento de este comportamiento se debe a que cada vez más las relaciones se entablan a través de medios virtuales, aplicaciones de citas, sobre todo ahora que se les denomina “Relaciones 3.0” y aunque posteriormente se convierten en reales, es muy probable que terminen de forma virtual.

Si bien esta situación puede darse en otro contexto, la comunicación a través de internet tiende a valorar menos el entorno, la ausencia de realidad nos lleva a trivializar las relaciones, lo que hace más difícil ponernos en el lugar de los demás.

CONSECUENCIA

Aunque parezca que quien sufre es el que soporta ser dejado sin explicación, los expertos en psicología argumentan que ambos miembros sufren consecuencias.

El rompimiento de esa conexión puede herirnos mucho, sobre todo si la relación era seria.

A la persona que ha sido abandonada se le dificulta superar el duelo y recuperarse de la ruptura. El hecho de que no haya claridad acerca de las razones que han cortado la relación genera mucha incertidumbre y ansiedad. Al no darse este “cierre” tratamos de buscar explicaciones que mitiguen el rechazo que nos hace sentir la situación. Es por eso que muchas veces estas personas tardan más en cerrar ese capítulo de su vida.

Empiezan las interrogantes, pues en primer lugar no hay forma de saber si realmente ha terminado la relación.

Surge el temor profundo de que le haya pasado algo al desaparecido.

En un momento posterior viene la duda de que algún contratiempo en la vida del otro haya impuesto un silencio, y en medio de ese desasosiego, se deja abierta la posibilidad de una reaparición y explicación.

Nos enfrentamos a un maremágnum de emociones. Sentimos vergüenza ante el abandono y pérdida de seguridad personal al no entender la decisión del alejamiento. Pero también enojo ante el descuido y la falta de empatía del ghoster. Pasamos por sentimientos de culpa, temor, tristeza, humillación y rabia ante su falta de consideración y la decepción que nos causa.

Nos sentimos maltratados debido a la forma cobarde y canalla de desaparecer.

En cuanto a quienes hacen ghosting dentro de una relación que ya está consolidada, suelen tener sentimientos de culpa por haber dejado al otro de esta forma.

Este tipo de conducta se produce por tener miedo al conflicto, evitar los enfrentamientos y no tener el valor de decirle a alguien cara a cara que se pone fin a una relación.

Tanto la víctima como el “verdugo” sufren de baja autoestima, dependencia emocional y necesidad de aprobación de los otros.

SEÑALES BÁSICAS DE QUE LA PERSONA PUEDE SER UN "GHOSTER"

Si muestra un exagerado amor antes de tiempo… Love nombing… bombardeo, si dice que NUNCA había tenido una relación comprometida como la tuya…

Si cambia acuerdos y cancela encuentros con frecuencia…

Si repite en varias ocasiones que no sabe bien qué quiere…

Si te comparte sus previas historias de “víctima” donde nadie le entiende y nada le sale bien…

Si no aparece en ninguna red social…

Si le “cachas” inconsistencias y mentiras…

Si quiere ir demasiado rápido y presiona para obtener lo que quiere…

Si no otorga datos personales después de un tiempo…

Si te esconde de su gente cercana: familia, amigos o compañeros de trabajo.

Es importante destacar, que todos tenemos dudas al iniciar una relación, cargamos con carencias, contradicciones y ambivalencias en la vida, pero si sumas más de tres de las anteriores afirmaciones tienes que ser muy cuidadoso antes de involucrarte de más. No te precipites, toma distancia para observar y ten paciencia para reflexionar.

¿QUÉ HACER?

Los expertos coinciden en señalar que lo primero que debemos pensar si alguien nos hace ghosting es que su actitud habla más de la persona en cuestión que de nosotros.

Conectar contigo mism@, sentir el dolor, la decepción, la vergüenza o por lo que sea que estés transitando en ese momento. Vivir el duelo para sanar la herida. Preguntarnos: ¿Qué perdí además de perder a esa persona? ¿Ilusiones futuras? ¿Confianza en mí mismo? ¿Esto me hace ser mala persona?

Disminuir los cuestionamientos en cuánto a las razones de la desaparición para frenar el círculo obsesivo mental que no tiene ninguna salida. (Salvo que sí hayas” metido la pata” hasta el fondo y seas consciente de ello, claro).

Hablar de ello con alguien de confianza: diversos estudios han mostrado que poner palabras a los pensamientos puede cambiar nuestros patrones cerebrales y ayudarnos a procesar experiencias dolorosas.

Recuperar la forma de conocer gente que teníamos antes de las redes: salir a la calle y socializar en otros entornos. Recordar que las aplicaciones de citas son una herramienta más, pero si entras en ellas tienes que conocer todas estas reglas no escritas y blindarte de antemano para no llevarte una desilusión.

Es importante poner énfasis en el autocuidado.

Otras investigaciones han señalado que recurrir a lo básico como comer bien, dormir lo suficiente y hacer algo de ejercicio es muy importante para gestionar el dolor, incluido el de las decepciones amorosas fantasmagóricas.

Prácticas como el yoga, la meditación y el mindfullness reducen la producción de hormonas del estrés en el cuerpo y pueden llegar a cambiar incluso algunas conexiones neuronales relacionadas con el dolor.

Generar una explicación muy concreta, pero convincente que aporte datos –aunque sean mínimos- de la incongruencia o falta de integridad de la persona desaparecida.

Asimilar la experiencia integrando aprendizajes para el futuro.

Fortalecer la autoestima comprobando que estás saliendo airoso de la situación y que dicha experiencia te hace crecer al avanzar con más certezas en la siguiente relación.

Si la situación no puede ser superada por la víctima, puede ser que el “ghosteo” haya abierto heridas de abandono anteriores que requieran de una intervención profesional para poder entender y manejar mejor la historia personal.

Y ¡Ojo! Siempre cabe la posibilidad de que el fantasma aparezca con “explicaciones fantásticas”, en tal caso, salvo en excepcionales y justificadas ocasiones, ¡No se da una segunda oportunidad!

Me despido, muchas gracias por leerme, espero que te sirva y ayude esto que te comparto.

Cómo siempre te sugiero que busques apoyo profesional para que lleves a cabo un proceso de autoconocimiento, sanación y desarrollo personal.

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